jueves, 6 de septiembre de 2012

La Fe de los Padres


Por la fe Moisés, cuando nació,
fue escondido por sus padres por tres meses,
porque le vieron niño hermoso,
y no temieron el decreto del rey.
Hebreos 11:23.

Quizás en la Biblia no haya un ejemplo de fe más conmovedor que el de los padres de Moisés. Estaban esperando un hijo, pero un decreto del Faraón obligaba a echar al río Nilo a todos los hebreos varones recién nacidos (Éxodo 1:22). Podemos imaginar esos largos meses de espera antes del nacimiento del anhelado bebé, las oraciones cotidianas de sus piadosos padres y su confianza en Dios. A pesar de la orden del rey, decidieron esconder al niño, obedeciendo así “a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).

Al cabo de tres meses no pudieron esconderlo más; la madre llena de fe tomó una canasta de juncos, la calafateó con asfalto y brea, colocó en ella al niño y la deslizó entre las cañas del río, bajo la vigilancia de su hermana. Dios también velaba sobre el niño y respondió a la confianza depositada en él. Permitió que la hija del Faraón encontrase al niño y confiara a la misma madre sus cuidados durante los primeros años de su vida (Éxodo 2:1-10).

¡Qué aliento para todos los padres creyentes! Después de los primeros años en los que la educación parece más fácil, llega el momento en que nuestros hijos se ven expuestos al entorno exterior. Entonces hay que construir día a día la “canasta de juncos”, es decir, una protección contra las malas influencias del mundo. Pero, por encima de todo, encomendemos con fe nuestros hijos a los cuidados del Señor, el único que puede guardarlos.


Fuente:LaBuenaSemilla.net